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WormGPT: El lado oscuro de la IA

La Inteligencia Artificial permite agilizar y optimizar procesos y actividades, facilitando la vida de las personas. Pese a estas ventajas, hay quienes optan por el uso de estas herramientas para fines ilícitos.

Fecha de publicación: 24 de abril de 2024

La Inteligencia Artificial permite agilizar y optimizar procesos y actividades, facilitando la vida de las personas. Pese a estas ventajas, hay quienes optan por el uso de estas herramientas para fines ilícitos. 

Imagina un chatbot como ChatGPT que se pueda usar para generar malware a placer y tendrás WormGPT, una versión ilegal y peligrosa de ChatGPT que funciona con el mismo modelo de lenguaje GPT y que permite crear malware personalizado a petición del usuario.

Esta IA generativa se vende en la Dark Web a un precio de 60 euros al mes o 515 euros al año, lo que es relativamente barato para los usuarios de este tipo de herramientas.

 

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Además de WormGPT, también existe una variante llamada WormGPT V3.0 que está diseñada para asistir a hackers en sus tareas de programación, y que proporciona consejos y soluciones sin filtros para cualquier tarea de hacking.

Al parecer, WormGPT escribe las aplicaciones en Python, y después se pueden perfeccionar, desencadenando en prácticas como la extorsión, desinformación, robo de identidad, o el phishing, como la reciente estafa en Whatsapp, que ha significado la pérdida de hasta  18.000€ en el caso de alguno de los afectados .

Slashnext comunicó que para probar esta herramienta pidieron a WormGPT que redactase un email con el fin de presionar a un confiado gestor de cuentas. para que pagara una factura fraudulenta, siendo sorprendidos con lo que pasó. "Los resultados fueron inquietantes. WormGPT produjo un correo electrónico que no sólo era notablemente persuasivo, sino también estratégicamente astuto, mostrando su potencial para sofisticados ataques de phishing y BEC"

 

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Aun siendo una herramienta poderosa, su uso conlleva riesgos y debe manejarse con precaución, ya que hay que tener en cuenta que la propia herramienta podría proporcionar al usuario un código que le afecte a él mismo.

Habrá que esperar para comprobar qué medidas se pueden adoptar al respecto para tratar de evitar este tipo de prácticas ilegales.

 

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